miércoles, 24 de junio de 2009

“Fracturas y gobernabilidad: El caso israelí”

Dado las rupturas en la base de la sociedad israelí, entendiendo estas como rupturas del orden religioso, económico, étnico e ideológico ¿cómo es posible la gobernabilidad continua durante más de medio siglo en un sistema polarizado y fragmentado?

En la génesis del Estado de Israel y su posterior desarrollo encontramos, quizás, alguna de las respuestas a este interrogante. En primer término, repasemos un poco como fue la conformación de aquel estado tardío. Las naciones unidas en 1947 aprueban la resolución 181[1] que establece la creación de dos Estados en la región de Palestina, uno árabe y otro judío. Al aprobarse la misma se desencadena la guerra de independencia que tendrá su armisticio en 1949. El 14 de mayo de 1948, con la salida del Imperio Británico del territorio, Ben Gurión declara la independencia del Estado de Israel. El 25 de enero de 1949, Israel eligió una Asamblea Constituyente, que se reunió por primera vez el 14 de febrero de ese mismo año. Por las fechas podemos dar cuenta que el ámbito deliberativo central de aquella democracia se conforma en plena guerra por la supervivencia misma de su Estado.

A continuación desarrollaremos un análisis del sistema parlamentario israelí y su sistema electoral. La democracia israelí no la podríamos catalogar como una democracia mayoritaria, sino, más precisamente, como Lijphart señala como una democracia de consenso[2]. Este tipo de democracias que centran su poder y su estabilidad en las coaliciones y en la representación de las diversas minorías encuentra una peculiar forma en el Estado de Israel, donde dentro de su escaso territorio conviven diversas minorías étnicas, religiosas e ideológicas.

El sistema de gobierno del Estado de Israel se basa en una Constitución no escrita[3] y en un sistema parlamentario. El parlamento en Israel lleva por nombre Knesset, su nombre proviene del antiguo senado judío del siglo V a.e.c. En lugar de una Constitución, Israel se ha regido por varias leyes básicas que han sido aprobadas a lo largo de la historia de país[4]. Los procedimientos ejecutivos y administrativos se basan en una combinación de experiencias pasadas, de elementos de la estructura anterior (cuando era colonia británica o parte del Imperio Otomano) y de nuevas leyes. De acuerdo con esta concepción, Israel se puede definir como una República, con un presidente débil y un Parlamento fuerte.

La Knesset actual se basa en el modelo parlamentario británico, que ha sido adaptado a las necesidades particulares de Israel. Es un cuerpo unicameral conformado por 120 miembros que son electos por sufragio nacional, universal, directo y secreto, para cumplir con un periodo de cuatro años. Cada partido presenta una lista de sus candidatos con 120 nombres. Los electores dan su voto a un partido con su correspondiente lista, la cual es cerrada y bloqueada. La barrera electoral es del 2.0 %.

El número de votos de todas las listas que obtuvieron el porcentaje mínimo se divide entre el número de miembros de la Knesset y su resultado es el cociente para cada escaño. La distribución de los escaños entre los partidos se determina dividiendo el número de votos que cada lista obtuvo entre el cociente[5]. Los escaños restantes se asignan siguiendo la fórmula Bader-Ofer (similar al modelo D`hont), que tiende a beneficiar a los partidos grandes.

Las características del sistema electoral dan pie a un análisis del sistema partidario israelí. El carácter proporcional del sistema electoral tiene un efecto sobre el sistema de partidos, y sobre la conformación del parlamento, altamente fragmentado. Si tomamos el criterio de Sartori para contar cuáles son los partidos políticos relevantes, es decir, según su potencial de coalición y potencial de chantaje, estaremos contando al menos seis[6]. A lo largo de la historia del Estado israelí, hubo dos partidos que en general se disputaron el gobierno, y estos fueron el partido Laborista, de centro izquierda y el Likud de centro derecha. En 2003 una rama del Likud liderada por Ariel Sharon se desprendió y formó Kadima, de centro. Además, no puede dejar de contarse otros partidos políticos relevantes que tienen potencial para formar coalición. Como un ejemplo de esta realidad y en el marco de las teorías de coaliciones de Lijphart, en las últimas elecciones para la decimoctava Knesset, la cantidad de partidos que obtuvieron escaños fue de doce partidos. De ellos, quien obtuvo más escaños fue Kadima, pero quien designó al Primer Ministro fue el Likud en tanto pudo armar coalición con el partido Yisrael Beitenu.

Al nivel de fragmentación se le suma una complejidad: la polarización del sistema, y el hecho de que esta polarización bastante alta, no es solo con respecto al continuo ideológico “izquierda-derecha”; se pueden observar al menos dos ejes más de polarización: en primer lugar, el eje religioso; y en segundo lugar, el eje del conflicto bélico, es decir, las diferentes posturas que se toman frente a la guerra, para lo cual se ha establecido en Israel la denominación de “palomas” para aquellos partidos que defienden la paz y la negociación, mientras que los “halcones” son los partidos con posturas más duras y tendientes a apoyar la guerra.

Basándonos en este contexto, al querer aplicar la teoría que mayores resultados empíricos tuvo para predecir las coaliciones: con esta nos referimos a la formación de “coaliciones ganadoras íntimamente afines”, “es decir, integradas por partidos vecinos en el espectro político”[7] vemos que esto es imposible; la gran complicación es que no hay una sola dimensión de análisis de la polarización, y muchas veces las rupturas y fracturas se cruzan, haciendo que la afinidad o cercanía entre los partidos no pueda verse desde una sola perspectiva, ya que varía según el eje que se analice. Para ejemplificar, desde el punto de vista de la ideología socioeconómica, partidos como el Shas y el Likud se encuentran lejanos entre sí, siendo el primero de izquierda y el segundo de derecha. Pero si se toma la polarización desde la dimensión del conflicto bélico, esos mismos partidos se encuentran más bien cerca, ya que ambos son caratulados como partidos “halcones”.

Este panorama de un parlamento altamente fragmentado, muy polarizado y con presencia de partidos antisistema (los partidos ultraortodoxos judíos antisionistas, el partido comunista, y los partidos árabes que no apoyan la idea de Israel como un Estado judío), plantean una dificultad al intentar pensar la gobernabilidad democrática en un Estado relativamente joven, con una sociedad tan diversificada y compleja, rodeado de países enemigos y en una situación de guerra constante beligerancia.

Para poder analizar esto es necesario antes analizar una tercera dimensión del sistema partidario, y ésta es la institucionalización. Estamos ante un sistema de partidos con un nivel de estabilidad relativamente alto, en referencia a las pautas de competencia. Los partidos políticos en Israel son una base de apoyo fuertemente sólida y cohesionada, y la mayoría de los votantes tiene un fuerte compromiso con su partido político, lo que convierte a los partidos en instrumentos legítimos de gobierno. Las reglas y estructuras son estables, lo cual puede explicar la gobernabilidad o la estabilidad del sistema de partidos.

Sin embargo, hay otro factor que puede llegar a explicar la gobernabilidad democrática en un sistema tan fragmentado y polarizado, y este factor está ligado a un enfoque genético del sistema político israelí, es decir, sobre cómo se cristalizó este sistema a partir de condiciones y factores históricos específicos. Sin dejar de considerar el complejo prisma de fracturas que comprende a esta sociedad, puede verse cómo las condiciones históricas se encuentran en una relación dinámica con el sistema parlamentario.

Retomando entonces nuestro punto de partida, nuestro interrogante inicial sobre el cómo sobrevive un sistema, un Estado que tiene que sobrellevar tantos conflictos; podemos ahora esbozar que se basa, en gran parte, en una doble vinculación entre la historia y el parlamento israelí.

Por un lado, el parlamento se funda, sobre la base de una sociedad políticamente polarizada pero, por otro, es este mismo sistema el que contiene la complejidad de posiciones de esta sociedad; generando así su carácter irreproducible en cualquier otro Estado del mundo: carácter que esta dado por sus condiciones territoriales (escasa extensión territorial y lindante con países enemigos) y su carácter simbólico, lo que produce un fuerte nacionalismo. Todos estos factores son, entonces, las que denominamos “cláusulas históricas”, que generan estabilidad porque más haya diferencias ideológicas se prioriza la sobrevivencia del Estado.

De hecho, a continuación se presentará un cuadro en el cual se muestra las elecciones en 1948 y las del año 2006, viendo como el sistema sigue polarizado, pero cómo tienen lugar partidos comunistas y no sionistas, entre otros (ver Cuadro 1); y si bien, hoy en día esta situación no cambio (en este aspecto) durante más de medio siglo el sistema contuvo todas estas diferencias.

Asimismo, no debemos dejar de tener en cuanta una condición fundamental con la que este Estado cuenta que es, además de sus conflictos internos, sus crisis con el exterior. Traemos a colación esto pues, si bien no es el tema principal de este artículo, sí debemos considerarlo en tanto y en cuento el fuerte impacto que tiene dentro de la sociedad y principalmente dentro del inconciente colectivo ya que forma una idea de unión basada en el fuerte patriotismo frente a la situación de guerra latente.

Entonces, teniendo en cuenta todos estos factores, y volviendo a la dinámica entre el sistema parlamentario y las condiciones del devenir histórico del Estado de Israel; podemos decir que, si bien las diferencias entre los partidos son muchas, se ha logrado un sistema que las albergue ya que el mismo contiene en sí una idea mucho más fuerte: el progreso y la supervivencia misma de su Estado.


Anexo

1948

2006

Votantes: 435000
1er. Escaño: 4400

Votantes: 3186739
1er. Escaño: 62741

MAPAI (partido laborista)

46

(Satélites de MAPAI)

2

AVODA (Centro izquierda)

19

MAPAM (Izquierda)

19

MERETZ (Izquierda)

5

HERUT (Derecha)

14

LIKUD (Centro derecha)

12

LIBERALES

16

PARTIDOS CENTRO
(Dash, Shinui, Kadima)

29

RELIGIOSOS (sionistas)

16

9

RELIGIOSOS (no-sionistas)

18

BLOQUE ARABE (incl. comunistas)

4

10

PARTIDOS OLIM ex-URSS

11

Otros (derecha o sectoriales)

3

7

Cuadro 1

Bibliografía

  • Giovanni Sartori. 1992. Partidos y sistemas de partidos. Ed. Cast.: Alianza Editorial.
  • Javier Zelaznik. “Partidos y sistemas de partidos. Un relevo teórico con aplicaciones en Latinoamérica.-
  • Panebianco, Angelo.1982. Modelo de partidos (La institucionalización Cap. 4), Madrid, Alianza.
  • Lijphart, Arend. 1991. Las democracias contemporáneas.. Ed. Barcelona


[1] http://www.yale.edu/lawweb/avalon/un/res181.htm

[2] “El modelo Westminster concentra el poder ejecutivo en el gobierno apoyado por una mayoría parlamentaria relativamente reducida, mientras que el gobierno de consenso favorece amplias coaliciones en la que todos los partidos político (…) comparten el poder ejecutivo” Lijphart, Arend. Las democracias contemporáneas. Pág. 59

[3] Si bien se ha debatido la conformación de una constitución uno de los argumentos más importantes de quienes se oponen a establecer una constitución es que dado los frecuentes cambios sociales y el estado de beligerancia permanente la constitución será rígida y no permitirá el buen funcionamiento del aparato deliberativo nacional.

[4] Entre ellas, las leyes "de la Knesset", de 1958; "La Tierra de Israel", de 1960; "del Presidente", de 1964; "del Gobierno", de 1968; "de la Economía de Estado", de 1975; "del Ejército", de 1976; "de Jerusalén, Capital de Israel", de 1980; y las dos más importantes a nivel de la conformación del cuerpo jurídico constitucional: "Libertad de Ocupación" y "de la Dignidad y Libertad Humanas", ambas de la década de los ‘90. http://www.knesset.gov.il/elections16/eng/about/electoral_system_eng.htm

[5] Pagina oficial del Parlamento Israelí. http://www.knesset.gov.il/description/eng/eng_mimshal_beh.htm

[6] Partido religioso no-sionista, Partido religioso-sionista, partido laborista, partido de derecha (likud), partido de centro (Kadima), Partido árabe-comunista.

[7] Robert Axelrod: Conflict of Interest: A Theory of ivergent Goals with Applications to Politics, Chicago, Markham, 1970, pp. 165-187.

Romano-Gradel-Charask